La espiritualidad litúrgico-pascual del beato Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago
Conferencia con ocasión del aniversario del Beato
Por: Gildo Jesús Peña García, PhD; subcomisión de historia del Sínodo Diocesano
Continuamos la celebración del tiempo pascual mientras realizamos el camino de preparación sinodal en nuestra Diócesis de Caguas. En este contexto, esta semana celebramos la memoria del Beato Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago (1918-1963), quien puso de relieve la llamada universal a la santidad para todos los cristianos y la importancia de que cada bautizado responda a ella de manera consciente y responsable, según afirmó el papa san Juan Pablo II.
La primera actividad de la Comisión del Sínodo Diocesano de Caguas será la conferencia titulada “Una mística pascual: la espiritualidad litúrgico-pascual del beato Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago”. Esta se llevará a cabo en la Catedral de Caguas el viernes, 6 de mayo, a las siete de la noche. Será presentada por el sacerdote José Gabriel Corazón López, profesor de la Escuela de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR) y párroco de Nuestra Señora del Carmen, en Cataño.
La muy conocida frase del beato “Vivimos para esa noche”, expresa la espiritualidad que desarrolló alrededor del misterio pascual. El encuentro con Jesús resucitado lo animó y lo motivó a dar testimonio de su fe en entornos familiares, parroquiales, unirversitarios y laborales. El camino que recorrió con muchas dificultades y a la misma vez con alegría, esperanza y con un espíritu renovador comunicado a través de su servicio, charlas, catequesis, cartas y escritos, respiraban proféticamente el espíritu del Concilio Vaticano II.
Este espíritu conciliar es una de las cualidades fundamentales de nuestra Diócesis de Caguas fundada entre las montañas en la región centro-oriental de la Isla el 4 de noviembre 1964, exactamente un año después de promulgada la Constitución sobre la renovación litúrgica del Concilio. La liturgia enriquecida con elementos patrios, la formación catequética, la formación y promoción del clero nativo, la participación activa de los laicos en la vida pastoral y misionera, la particular atención a los asuntos sociales y la defensa de la dignidad humana en las diferentes etapas de la vida, son aspectos que han caracterizado a nuestra diócesis y fueron el anhelo de nuestro beato.
Carlos Manuel no desansó para recordarnos que la liturgia, toda espiritualidad y toda acción cristiana brota y se alimenta del misterio pascual. La vida y la obra del beato es el adecuado modelo de laico diocesano a seguir, no solo por el camino a la santidad al que todos estamos llamados a seguir, sino por su activa y comprometida vida laical, que impulsa a la comunión, a la participación y a la misión. Es también, ejemplo eclesial para el camino sinodal que emprendemos, porque al igual que el deseo de nuestro obispo Mons. Eusebio Ramos Morales, la vida y obra del beato nos invita a una profunda experiencia de fe, renovar la fidelidad al Evangelio, fortalecer la caridad, llenarnos de espíritu misionero y a avivar la esperanza de todo el pueblo de Dios que peregrina en la diócesis criolla.